Las visas B-1 y B-2 están destinadas a visitantes temporales en los EE. UU., otorgadas para negocios o placer. Para calificar, el solicitante debe demostrar que tiene residencia en un país extranjero, sin la intención de abandonarla, y demostrar que planea salir de los EE. UU. al finalizar su visita. Los solicitantes deben proporcionar pruebas de sus vínculos con su país de origen, como empleo, familia o conexiones sociales. Es posible que deban demostrar apoyo financiero para su viaje, incluidos los gastos de viaje y alojamiento.
Además, la visita debe ser para un propósito legal, y los solicitantes deben tener planes específicos y realistas para su estancia. Si un oficial consular duda sobre la intención del solicitante de regresar, puede requerirse una fianza. La duración de la estancia debe ser apropiada para el propósito declarado. En casos de negocios urgentes o necesidades humanitarias, el proceso puede ser agilizado.